martes, 25 de junio de 2013

Desconexión

Dice la RAE:

desconexión.
1. f. Acción y efecto de desconectar.

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Diálogo

- Perdona que me entrometa.
- No, hombre, si te cuento esto es justo para que te entrometas.
- Pues visto así. Voy. Pasa que estáis desconectados.
- Ya.
- Y ya sabes lo que tienes que hacer.
- También.

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Ensayo
Una desconexión así por la cara no puede existir. Necesita una conexión previa para poder alcanzar el estado de desconectada. Y una cierta cantidad de energía fluyendo entre dos polos en tensión para que la conexión tenga sentido. Flujo que deja de existir en el momento en que se desconecta y la tensión desaparece.

La desconexión forma parte de las ausencias y de aquellas marcas en el sofá que revelan que, antes, un cuerpo lo habitó.

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Relato
El agua caliente duele en la cabeza. Duele mucho. Cierras los ojos y sigue doliendo. Doliendo mucho. Un flash lleva a otro, y luego a otro, y luego a otro hasta que fundes a negro.


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Momento musical, Corrientes Circulares en el Tiempo, de Los Planetas



lunes, 24 de junio de 2013

Verbena excéntrica

Abro los ojos en una confortable y tranquila habitación repleta de libros. Muchos libros. De arte, de historia, de literatura, de poesía. No hay ruido y una luz melosa se cuela por una pequeña ventana. Una camiseta enorme de Gun's Roses cómoda y molona a más no poder hace las veces de pijama. Pereza. Una vuelta, otra vuelta. Alguien se ha duchado y hay ruido de platos y cubiertos en la cocina. Habrá que levantarse.

Y allí están. El equipo de redacción de la Revista Quimera en pleno ya despiertos y listos para enfrentar el primer café del día de Sant Joan. Y para contarme la nueva dirección que ha tomado esta decana revista de literatura. Novedades que me hacen salivar y me recuerdan lo apasionante que es editar una publicación de calidad. 


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Cama, siempre
Las fiestas suelen acabar en la cama. Y la de la verbena de Sant Joan también. Por muy extraña que haya sido. Por muchas canciones petardas que se hayan bailado. Por mucho tequila y mucho vino que se haya bebido. Por mucho viento, frío y lluvia que haya hecho. Por mucha terraza sobre Collserola, la Torre de Comunicaciones y la ciudad de Barcelona que llame. La cama no perdona. Y bien está.


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Perlas verbeneras

Parole, en modo parodia de Mina y Celentano. Ella divina y fantástica como siempre. El garrulo y caradura, como siempre. 







Te Estoy Amando Locamente, de las Grecas. Bailado al descompás por todos los asistentes a la fiesta. 





No tocarte, de Radio Futura. Tiro de salida que abrió la veda. Después, todo valía.





Tequila, de The Champs. En honor a ese Don Julio reposado que cayó. Enterito. 





Je Bois, de Boris Vian. Canción de última hora que iba sonando a medianoche. 







Hubo más. Muchas más. Un gran tesoro de éxito verbeneros de ayer y de hoy que sería demasiado duro recordar hoy. Hay un intenso dolor de cabeza que persiste en la parte frontal del cráneo para impedir, con buen y sabio criterio, revivir ciertos estados etílicos. 


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Coda verbenera
Cortesía de Ginés Cutillas, que bien ha tenido por compartir este fin de semana festivo de bailes petardos, epitafios, asesinos en serie y otras tropelías con servidora. Y, por si fuera poco, obsequia con esta cita fantástica que resume lo vivido estos días.

"Conocer personalmente a un escritor supone a menudo la destrucción de la ilusión que sus obras han creado. Cuando retiras el velo que cubre el altar de tu ídolo, y lo ves con su gorrito de dormir, descubres a un viejo quejumbroso, a un pedante, a un petimetre, a un tiralevitas, a un insolente snob o, en el mejor de los casos, a un ordinario mortal. [...] Así, como regla general, es sensato alejarse de los escritores que nos divierten con sus obras, pues una vez los conoces dejan de deleitarte para siempre."

Memorias de los últimos días de Byron y Shelley, Edward Trelawny




sábado, 22 de junio de 2013

Veraneando

Perdón por el gerundio. Un desliz lo tiene cualquiera y más en un día de resaca mojitera, calor y sol. Así que con este licencia recibo al estío que llega fresquete, con esa temperatura tan deliciosa que permite dormir a pierna suelta por la noche y respirar aire limpio y claro durante el día. No sé yo a qué viene tanto lloro con la monserga de que llegue el calor. Luego no habrá quien pegue ojo y a llorar otra vez.

Y amigos, no, no, no y mil veces no. #stopdrama Hombre ya.


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Meliès
Igual de deliciosa que el ambiente de estos días es la exposición sobre el universo del cineasta que ocupa una de las salas del CaixaForum de la ciudad condal, por aquellos montes que ahora pueblan cuatro vastas columnas a modo de estelada 3D.

Georges Meliès, La Magia del Cine se exhibirá hasta el lunes y para azuzar a los tardones diré que entrar en la exposición es como sumergirse en un mundo fascinante lleno de trucos ópticos, ilusiones, disfraces y seres de otro mundo que pueblan linternas mágicas, teatros chinos y kinetoscopios. Todo envuelto en un halo de magia y fantasía bello, sugerente y entrañable. Un halo de exquisita estética que transporta a los albores del siglo pasado.

Indicado para cinéfilos, amantes del vintage y los instantes hermosos. A completar con la visita al pabellón de Mies van der Rohe.

Ahora, si eres de los que sólo subes a Montjüic para ir al Picnik Electrònik a empezar o acabar tu fiestonga del fin de semana mejor ni te acerques. No te gustará.


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Sant Joan
Seamos o no de fiestongas no hay forma de escapar a la primera verbena de la temporada. Ni siquiera una profesional de la anchoa en el momento justo como servidora puede. Así que me mentalizo. Concentración, concentración, concentración. Me dejo contagiar por el ambiente festivo que corre por el ya de por sí muy festivo barrio de Gràcia. Un par de rumbas, otro par de calypsos, algún que otro clásico petardo de ayer y de hoy, dos o tres mambos cha cha chá en la playlist de hoy y que todo el peso de las coques, el cava y los cohetes caiga sobre mí.

Verbenas, a mí. Ja.

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Momento musical. Sacado de la playlist verbenera. Saca el Güisqui Cheli, de Desmadre 75.







Dejemos las sutilezas para otro día y a bailar como si Sant Joan fuera la última noche.




viernes, 7 de junio de 2013

Manías catalanas

Los catalanes molamos mazo que te cagas. Somos guapos, inteligentes, auténticos, recios, sinceros, industriosos y modernos a la par que tradicionales. Tenemos algunas simpáticas manías que nos gustan: nos dan personalidad y no pensamos cambiarlas. Peti qui peti. Oiga. Que usted a mí no me dice qué manías tengo o no tengo que tener. A ver si no voy a poder ser dueño de mis taras mentales.

A saber:

- Nos gusta celebrar derrotas y conmemorar errores estratégicos.
- Tenemos embajadas propias en países importantes, como Burkina Faso, Belice o Brunei.
- Nos arrimamos al árbol que da más sombra justo en el momento en que está a punto de caer.
- Untamos el tomate en el pan en lugar de comerlo.
- Saber que tiempo va hacer en los países catalanes durante los próximos días es una de nuestras mayores aficiones. Da para horas y horas de tertulia en la nostra, debates intensos con los amigos y nos convierte en eruditos del tema.
- Preferimos hablar un mal catalán a un correcto castellano.
- Los equipos de fútbol y otros deportistas que han nacido en la tierra o viven aquí están obligados a servir a la patria.
- Los inmigrantes que recalan aquí son nuevos catalanes. A lo antiguos los estamos buscando.
- Las marcas de cerveza también están al servicio de la patria y tienen que subvencionar clases de catalán a los disidentes.
- No nos importa que los políticos nos roben, nos mientan y hagan chanchullos de calado andaluz: mientras esté la bandera de cuatro barras por encima, que se quite lo demás.
- Adoramos pagar en los peajes. Hace país a una empresa italiana.
- Nos mola desdoblar servicios y funciones públicas. Si podemos gastar el doble para lo mismo, lo hacemos y tan panchos.
- Sabemos con creces que los fachas siempre son los otros. Nosotros, por ser catalanes, no podemos serlo. Sería absurdo.
- Todos nos roban. Incluidos los otros catalanes que no somos nosotros.
- Queremos que la rumba catalana se cante en catalán. Acabáramos.
- Defendemos la cocina catalana con uñas y dientes: ser buenos cocineros está en nuestro ADN y por eso todos nos dedicamos a cultivar tomates, peras y limones y a ver todo programa de cocina patria que pasen por la nostra.
- Aplaudimos con entusiasmo soviético cada vez que en los telediarios de la televisión pública pasan noticias de niños que están de colonias en un pueblo catalán, comen pan catalán con tomate catalán, acarician vacas catalanas y analizan el agua de los pantanos catalanes.
- Nos da por poner nombres monosilábicos o cortísimos a los niños que nacen. ¿O no son adorables los Jan, Mar, Blai, Tom, Ada o Pol?
- Queremos tener una policía propia, catalana. Aunque esté formada por macarras de discoteca sin la educación básica completada. Otro rasgo de nuestro fervor soviético.
- Lo mejor de nuestras fiestas populares son los petardos, que los valencianos nos quieren robar en un afán secesionista, el cava que los franceses nos quieren robar por envidia y los dulces, que son los mejores como todo el mundo sabe.

Estas son sólo algunas de las manías y pensamientos maníacos que ocupan la mente y el espíritu catalán.


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Momento musical, Saboreando, versión de Los Enemigos con Peret. Una auténtica delicia estival que hace pensar en una siesta bajo un chamizo, después de comer un rico melocotón.